viernes, 18 de noviembre de 2011

Hungría: una crisis de segunda velocidad


En los últimos meses se ha hablado mucho de la crisis de deuda que vienen arrastrando países como España o Italia. Sin embargo, existen otros países que se encuentran en la misma situación, pero no dan lugar a grandes titulares ni forman parte de las cabeceras de los telediarios. Éste es el caso de Hungría, que accedió a la Comunidad Europea en 2004 como el país más desarrollado de toda la región de Europa del Este, pero que en la actualidad su crecimiento se está viendo lastrado por una deuda creciente que ya supera el 78% de su PIB. Según un reciente estudio publicado por CMA DataVision, en el que se elaboraba un listado con los Estados con una mayor probabilidad de entrar en una situación de suspensión de pagos, Hungría aparece situada en el puesto número 14 del ránking.

Con el cambio de gobierno que se produjo en el año 2010, el actual partido en el poder, Fidesz Unión Cívica Húngara, de marcado carácter nacionalista, ha tratado como asunto prioritario el re-equilibrar la balanza fiscal y controlar su nivel de deuda. Sin embargo, muchas de las medidas llevadas a cabo en este sentido parecen haber afectado a las Inversiones Extranjeras en el país. 

Partiendo de la base que para promocionar la Inversión Extranjera Directa es necesario un sistema de incentivos fiscales y un marco legislativo estable, el gobierno húngaro parece estar tomando decisiones en la dirección opuesta. Son multitud los ejemplos que nos encontramos, pero es quizá el sector bancario el que más está viéndose afectado. En Hungría gran parte de las hipotecas están denominadas en divisa extranjera. Tras la fuerte depreciación que ha sufrido el florín durante los últimos meses, las familias húngaras han visto que los créditos vivos con los bancos, lejos de disminuir, han aumentado. Ante esta situación, el gobierno ha propuesto crear un esquema de repago de los préstamos en moneda extranjera por el cual, los bancos deben asumir la diferencia entre el tipo de cambio decidido y fijado por el gobierno central,  y el real negociado en los mercados. Esta medida no sólo podría afectar a todo el sistema financiero, en el cual muchas de las entidades podrían plantearse la salida del mercado húngaro, sino que también perjudicaría al consumo doméstico y a la inversión.

Pero la situación, lejos de afectar sólo a los bancos, también alcanza a otros sectores copados por multinacionales extranjeras, como las telecomunicaciones, la automoción, industrias plásticas… Que, con la aparición de nuevas medidas impositivas casi a diario, están viendo cómo se desincentiva la implantación productiva en Hungría en favor de otros países limítrofes como Bulgaria o Rumanía.

Ante esta situación, ¿se podría considerar que la recuperación de un país debe llevarse a cabo desde una perspectiva cortoplacista, basada en una subida de impuestos al tejido productivo y sectores de consumo, o más bien debería basarse en la reestructuración de las bases de la economía para crear un clima adecuado encaminado a atraer inversiones extranjeras? ¿Es incompatible la protección de la industria doméstica con el fomento de la implantación de empresas multinacionales en un país?

“Como colaborador externo, Javier Garrido es licenciado en Administración y Dirección de Empresas y Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid. Actualmente trabaja como consultor de internacionalización en la Comisión de Comercio Internacional de la Embajada de España en Hungría. Está muy interesado en todos los aspectos de la internacionalización empresarial y en la apertura de nuevos mercados.”

4 comentarios:

Estimado Javier:

Las posibles respuestas a la primera de las preguntas que planteas al final de tu post representan dos políticas económicas bien diferenciadas. Claramente, aplicado al caso español, se hace imprescindible la rehabilitación de las bases de la economía, la industria y el incremento de la productividad. No obstante, para esto se necesitan ingresos, la cuestión es, ¿de qué fuentes pueden obtenerse? ¿Cuáles son las mas adecuadas?

Saludos

Muchas gracias Alvaro por tu aportación.

Desde mi punto de vista, no existe una receta exacta que permita devolver a un país a su senda de crecimiento. Sin embargo, si que podemos considerar a un Estado como una empresa, con sus mecanismos para generar ingresos, y gastos. Como cualquier empresa, su presupuesto se puede equilibrar tanto elevando los ingresos (via subida de impuestos, por ejemplo), como reduciendo el gasto. En el caso de España es bastante claro con el gasto autonómico y la duplicidad de competencias. Siempre se trata de pautas u opiniones personales, pero desde mi punto de vista la recuperación de un país en crisis pasa por lo que tu has dicho (mejora de la productividad, reestructuración del tejido económico...) y esto se puede conseguir a través de la creación de polos de desarrollo (zonas menos desarrolladas de un país que ofrezcan incentivos fiscales para la implantación de multinacionales en esas regiones), reforma del mercado laboral (no olvidemos que la economía y el mercado de trabajo de ahora no tiene nada que ver con el que existía hace 10 años), la contención en el gasto o la promoción en mercados exteriores con una labor eficaz de las oficinas comerciales.

Un saludo

Muy interesante Javier; tan sólo me gustaría ofrecer mi opinión respecto a las últimas preguntas: Creo que no es muy recomendable en estos momentos aumentar los impuestos al tejido productivo ni a los consumidores; ya que ello haría bajar tanto la inversión como el consumo; y por tanto el PIB y el empleo. ¡Gracias por tu aportación sobre Hungría!

Estoy completamente de acuerdo contigo, Rodrigo.

Una política fiscal restrictiva tiene consecuencias negativas sobre la inversión, el desempleo y el PIB de un país. De hecho, esto es lo que ha ocurrido en Hungría, que con las medidas que ha llevado a cabo el gobierno las previsiones de crecimiento para 2012 han pasado de un +1,5% a un -0,9%.

La clave está en conseguir que el crédito vuelva a circular tanto a las PYMES como a las grandes empresas, pero, ¿cómo conseguirlo? Bajo mi punto de vista, el gobierno húngaro, con los impuestos específicos al sector bancario, y el esquema de repago de hipotecas propuesto (que por cierto, se está discutiendo en Bruselas por ser contrario al Tratado de la UE) , no hace sino perjudicar aún más la situación.

Un saludo!

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