El concepto “La fábrica del mundo”, acuñado para referirse a China en los últimos tiempos, se va quedando cada vez más obsoleto por poco descriptivo de la situación actual del país. China ya no es tan solo un mero paraíso de deslocalización empresarial. El mercado interno crece cada vez más en el país, convirtiéndose en uno de los más competitivos del mundo, y las características cualitativas de su demanda se desarrollan con el mismo dinamismo que sus cifras de crecimiento.
La última frontera cruzada ha sido el e-commerce. Hace tan solo un tiempo que el comercio por internet no era un tipo de distribución viable en el mercado chino, debido, entre otros factores, a la falta de confianza del consumidor en las transacciones en línea. No obstante, este problema se solventó gracias a la aparición y posterior adaptación del mercado a medios de pago en línea seguros como Alipay. Ahora, según los datos del tercer trimestre de 2011, el volumen de estas transacciones en China ha alcanzado los 1,8 billones de yuanes (283.000 millones de dólares), lo que supone un aumento del 47,6% interanual. Por si esto fuera poco, se estima un crecimiento de mercado exponencial, que podría alcanzar un volumen de transacciones superior a 10 billones de yuanes a finales de 2012.
Este crecimiento brutal de la moda on-line no ha surgido por casualidad. El creciente acceso a internet por parte de la población china se debe a una mayor flexibilidad en las empresas a la hora de permitir a sus empleados utilizar internet en el trabajo. Un estudio realizado por la Information Systems Audit and Control Association (ISACA), muestra que los empleados en China tienen mayor libertad para comprar online y para acceder a redes sociales que hace unos años. Un 34% de las empresas dan completa libertad a sus empleados en el uso de internet, mientras que un 26% de ellas lo permiten con ciertas restricciones. El estudio también refleja que las compañías en China y Hong Kong tienden a ser más permisivas en los usos de las herramientas de trabajo para comprar online que en el resto de Asia e incluso que en Estados Unidos. Entre estas herramientas de trabajo, conviene destacar el boom del internet móvil, así como las compras realizadas a través de smartphones o tablets. Por todo ello, los internautas chinos pasan ahora un mayor número de horas conectados a internet, por lo que, como si de una calle en el centro de una gran ciudad se tratara, la oferta en internet se vuelve más concurrida. A ello se le une el ansia de los consumidores chinos por probar todo aquello que sea novedoso. El resultado: más de 470 millones de usuarios dedican más tiempo y dinero en sus actividades online.
En el ámbito de las transacciones en línea de empresa a empresa, el grupo Alibaba.com bajo su marca Taobao domina el mercado con una cuota del 53%. En el apartado B2C, la plataforma ostenta nada menos que el 90,5% de la cuota de mercado. Este hecho, que puede parecer una barrera de entrada importante por el aplastante dominio en las compras online por medio de Taobao,y por tanto el inmenso poder negociador de éste, en realidad va camino de convertirse en una oportunidad.
Taobao, en un alarde de uso de poder, ha decidido recientemente incrementar su cuota de abonados anual a las empresas que quieran vender por su canal de distribución de 6.000 yuanes (680 euros aprox.) a entre 30.000 y 60.000 yuanes dependiendo del tipo y la escala del negocio, alegando una mejora de la calidad de vendedores y distribuidores, así como una mejora en el propio gestor de compras del sitio web. Esto ha provocado una ola de protestas de miles de propietarios de pequeños negocios y sus partidarios, según los medios chinos. En consecuencia, los reguladores chinos están investigando actualmente la posibilidad de que la plataforma esté operando en situación de monopolio.
Sea cual sea la conclusión a la que llegue el Departamento de Comercio Electrónico e Información del Ministerio de Comercio chino, ya es una realidad que el gobierno está trabajando en una regulación del sector que evite prácticas monopolísticas en un futuro. Todo ello, desde un punto de vista estratégico, provocará que la plataforma Taobao vea reducido su poder negociador respecto a sus distribuidores, empresas que quieran utilizar el portal como canal de distribución, lo cual supone una gran oportunidad para éstas.
El auge del e-commerce no se queda, sin embargo, en la mera venta en línea de productos. Las redes sociales también han experimentado un crecimiento exponencial en los últimos tiempos en el país, a pesar de las restricciones gubernamentales a las redes sociales extranjeras. Así, es necesario un conocimiento de las redes sociales locales para que el uso profesional de la promoción online en China sea eficiente. De nada sirve a una compañía que quiera vender sus productos en el mercado chino promocionarse en Twitter, si desconoce que en ese país su homónimo es Weibo y que, por lo tanto, el lugar donde debe estar presente.
En definitiva, se puede decir alto y claro: El e-commerce como concepto de canal, y el fenómeno Taobao en el caso de China, es ya uno de los medios de distribución más utilizados en el país asiático. Es más, su perspectiva de crecimiento cada vez mayor, motivado tanto por el desarrollo tecnológico como por la evolución social, unido a los cambios que se están efectuando en la legislación del sector y a una pérdida del poder negociador por parte de Taobao sobres sus distribuidores, supone una serie de oportunidades a tener en cuenta por las empresas extranjeras que se decidan a operar en éste.
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