Hace aproximadamente un par de semanas, se podía leer en los mejores periódicos salmón, una importante noticia sobre Japón y el establecimiento de una zona de libre comercio del Pacífico.
El valor de esta declaración de intenciones realizada por el primer ministro japonés, es de una gran magnitud, debido a que la creación de esta zona, supondría la unión de países con un potencial tan grande como, EE.UU., Japón, Chile, Australia y Nueva Zelanda. Esta unión supondría, según mi parecer, la más importante del mundo, o quizás la segunda, solo comparable a la UE.
Para ser exactos los países que a día de hoy se encuentran en conversaciones para generar la zona común son: Australia, Brunei, Chile, Malasia, Nueva Zelanda, Perú, Singapur, Estados Unidos y Vietnam.
Particularmente este pacto tendría un gran interés para Japón, ya que le permitiría mejorar sus resultados en exportaciones de manera meridiana, aunque tendría un gran damnificado, el sector de la agricultura.
Japón se encuentra actualmente con una pretendida posición de líder en la zona asiática, que ha perdido debido a su inacción durante los diez últimos años, ya que el crecimiento ha sido muy pequeño y han existido tensiones inflacionarias y problemas con la competitividad de el país, frente a la pujanza y el extremo poder de, hasta hace diez años gigante dormido China.
Sin embargo, no todo es tan fácil como podría parecer, y Ron Kirk, encargado del departamento de Comercio Exterior Americano, se felicitaba por la decisión de Japón de unirse al proyecto común, pero hacía hincapié en que actualmente Japón se encontraba muy lejos de cumplir los condicionantes para entrar dentro de ninguna zona común junto a ellos.
De hecho, la administración americana, está sometida a una gran presión de la industria del automóvil americana, que se queja de las facilidades que tienen los coches, asiáticos, en general y japoneses en particular, para entrar en el mercado estadounidense.
Extremo que no es devuelto por las autoridades japonesas, que siguen siendo unas expertas en el levantamiento de barreras no arancelarias. Por tanto las voces americanas exigen, una importante reforma de la legislación japonesa y de las barreras comerciales y no comerciales, antes de sentarse a negociar ninguna posible integración.
Sin embargo, ni siquiera dentro de Japón existe unanimidad sobre la idoneidad de sentarse a negociar un tratado de libre comercio, ya que como decíamos más arriba, otro sector que se vería afectado sería el de la agricultura japonesa, sector tradicionalmente muy potente en su unión y bastante bien organizado, que suele generar grupos de presión bastante potentes en la mayoría de los países organizados.
Estas críticas, se escudan en la necesidad de realizar una gran apertura para este sector, que supondría la eliminación de los pequeños granjeros japoneses del arroz, debido a la competencia con otros países de la zona que tendrían mucha mayor eficiencia en sus cultivos.
Por otro lado, los fabricantes de manufacturas opinan que los beneficios de la firma del tratado de libre comercio serían muy superiores a las pérdidas que produciría en el sector agrícola.
Según el propio Noda, presidente de Japón, “No es una cuestión de dilucidar si el alto nivel de integración comercial puede coexistir con la supervivencia de la agricultura, ya que esto ha de ocurrir”. De hecho afirmaba el presidente “Japón es una nación fundada en el comercio”.
Se me ocurre una doble pregunta ¿Estaría justificada, si fuerais japoneses, la decisión de no entrar en una zona común por el hecho de proteger un sector como el agrícola? ¿La tendencia a la interdependencia económica, podrá terminar en un largo plazo, con un escenario de arancel 0 entre todos los países mundiales? Esperamos vuestras opiniones desde worldWtrade.
2 comentarios:
Excelente artículo Albi. Ese es el principal asunto de debate en la actualidad también en Corea del Sur. Tras firmar un TLC con la UE, y más recientemente con EEUU, existe una oposición férrea a estos acuerdos precisamente por el problema agrario, un sector que, pese a representar aún menos proporción que en Japón, puede dar llevar a la ruina a muchos de sus trabajadores. Es el eterno juego de suma positiva de la globalización: Unos ganarán, otros perderán, pero a la larga todos ganan. El problema es el cortoplacismo de los que pierden. En la Unión Europea se apostó por la Política Agraria Común, con resultados dispares... Es realmente un tema peliagudo y difícil de tratar, desde luego que las reducciones arancelarias hay que realizarlas de manera paulatina mientras se prepara el sector, de otra manera sería liquidarlos totalmente. Este tema es muy interesante, ojalá más gente se apunte al debate.
Enhorabuena por el artículo
Una ZLC formada por esos países es, sin duda, un mercado muy interesante para sus integrantes. Me ha parecido muy curioso que Japón se planteé formar parte de esta zona pues, como bien has comentado, siempre ha sido un país muy reacio a la hora de permitir la entrada de firmas extranjeras que puedan competir con sus empresas locales.
Respecto a tu primera pregunta mi opinión es que, pese a ser un sector estratégico de cualquier economía, hay que tener una visión conjunta y no unitaria, pues la supresión de barreras arancelarias acaba por beneficiar al consumidor final, que ve como su excedente se maximiza.
Felicidades por este gran artículo
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