El crecimiento de la región, que era del 5% antes de la crisis, ha sabido seguir sólido, con crecimientos casi estables del 4,8% en 2010 y del 4,9% en 2011. Dejando a un lado a Sudáfrica, que representa un tercio del PIB de la región, el África Subsahariana ha conocido un crecimiento aun mayor registrando un 5,9% en 2011. Estas tasas hacen de esta región una de las que más rápido crece a nivel mundial. Un tercio de los países de la zona ha progresado con crecimientos por encima del 6%.
Sudáfrica, frenada por la contracción de la economía mundial además de circunstancias propias, registra un crecimiento del PIB del 3,2% para 2011.
En Nigeria, segunda economía de la zona, el sector no petrolero ha crecido un 7,1%. La economía de Ghana se ha visto dinamizada por nuevas exportaciones petrolíferas y por un fuerte crecimiento de los demás sectores, con un aumento del PIB del 13,6%, el más elevado de toda la zona.
Estas cifras se explican por dos razones principales:
- El aumento de la demanda: por una parte, la demanda interior con un aumento notable del consumo, de las inversiones y del gasto público utilizado para actividades productivas. Y por otra parte, la demanda extranjera con un aumento de los intercambios basados en una diversificación de los socios comerciales, en particular China.
- El aumento del precio de las materias primas: la gran mayoría de los países del África Subsahariana exportan materias primas, en gran parte petróleo, y han aprovechado el alza del precio de las mismas en el primer semestre de 2011.
Los flujos de inversión directa extranjera a la región aumentaron un 25% en 2011. Y el sector del turismo se ha mantenido a pesar de la situación en Europa.
Sin embargo, este crecimiento sigue expuesto a riesgos de degradación. “Si la crisis se intensifica, todo el mundo se vera afectado. Las tasas de crecimiento de los países desarrollados como las de los en vía de desarrollo podrían conocer una caída igual o mayor a la de 2008/2009” advierte Andrew Burns.
Cabe destacar que el 70% de las exportaciones de la región provienen de productos agrícolas, del petróleo y de los metales y minerales, y por lo tanto están muy expuestos a fluctuaciones bursátiles. Por ejemplo, en Angola y en el Congo, dónde el petróleo representa más del 60% del PIB, una bajada del 10% del precio del crudo significaría una disminución del PIB del 2,7% y del 4,4% respectivamente.
En la zona, las complicaciones derivadas de los procesos electorales resultan un riesgo real para la actividad económica. Aunque en 2011, un tercio de los países de la zona tuvieron elecciones sin perturbar la actividad económica nacional.
Otro factor de riesgo es la climatología. Hablamos de países dónde la agricultura representa entre el 20 y el 40% del PIB. Por lo tanto, la falta de lluvias puede tener consecuencias, no sólo sobre dicho sector sino también sobre sectores como la industria y los servicios ya que la producción eléctrica depende en gran parte de plantas hidroeléctricas.
En cuanto a las recomendaciones, el vicepresidente del Banco Mundial para la economía del desarrollo, Justin Yifu Lin advierte: “los países en desarrollo deben evaluar sus debilidades y prepararse para otros golpes, mientras haya tiempo”. Entre otras cosas, una fuerte diversificación de las exportaciones y de los socios comerciales, debería ayudar las economías del África Subsahariana a reducir su vulnerabilidad a los choques regionales externos.
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