miércoles, 11 de enero de 2012

La otra cara de Polonia

Cuando buscamos un país europeo con gran potencial de crecimiento, pensaríamos en Polonia de manera intuitiva. ¿Por qué? De nuevo nos vendría a la mente y casi sin quererlo “porque Polonia es un país necesitado de infraestructuras y carreteras …”. Y los hechos hablan por sí solos, ya que numerosas empresas, entre ellas españolas, se han fijado especialmente en este país desde hace varios años, descubriendo en Polonia la manera de poner fin a la falta de oportunidades que en sus respectivos mercados no encontraban.


Razones no les faltan, ya que podría destacarse la situación geográfica, la barata mano de obra cualificada, la necesidad de infraestructuras, un sistema fiscal flexible,…. y así un largo etcétera, que sin lugar a duda serían características compartidas con cualquier país del Este de Europa. Sin embargo, no hay que olvidar que Polonia a diferencia de sus vecinos europeos ofrece a los inversores extranjeros una amplia extensión geográfica, además de 38 millones de habitantes. A pesar de ser un caramelo para las empresas extranjeras, no será la temática a tratar hoy.


En este artículo ofrecemos la otra cara de Polonia. No la superficial, que sería la correspondiente a la construcción. Sino, la parte más profunda del país, que es la relacionada con el sector turístico y que pasa desapercibido por la mayoría de nosotros. Salvo que el lector haya visitado Polonia de manera profunda, me puedo imaginar algunas reacciones como ¿turismo en Polonia? Pues sí, no se trata del típico país del Este que cuenta con una ciudad bonita (por lo general la capital) ideal para escapadas. Es mucho más que esto, y es el propio país el que nos lo demuestra:

1) Polonia cuenta con varias ciudades de gran atractivo turístico por todo el territorio nacional. Así, se encuentran algunas desconocidas como la ciudad costera en el norte (Gdansk), la capital en el centro (Varsovia) y ciudades en el sur que poco tienen que envidiar a capitales europeas (Cracovia y Wroclaw).

2) El contraste de montañas con estaciones de esquí a precios asquibles para el público (Siendo Zakopane su mayor estandarte), contrasta con la oferta de playas disponible en el norte del país.

3) Su economía se basa en el sector servicios (66,2%). Tal y como se aprecia en el gráfico, su estructura económica es la de un país desarrollado, siendo el reparto del PIB por sectores muy similar al de España (71,6%). Es aquí donde se nos cae el mito: Polonia no es solo carreteras e infraestructuras.

4) Grandes grupos hoteleros a nivel mundial se han fijado en Polonia. Durante este 2011, y parte del 2010, cadenas hoteleras Radisson, Golden Tulip y Best Western, adquirieron sendos hoteles en la capital del país.

Con todo esto, no hay que olvidar que Polonia hasta hace unas décadas era un país comunista con todas las connotaciones políticas que ello supone y el rechazo que tenían respecto a lo extranjero. Sin embargo, en la actualidad, podría afirmarse que con la situación actual que presenta el sector servicios y salvando su pasado, es un país que quiere occidentalizarse. Tendrá oportunidad de demostrarlo definitivamente en la Eurocopa de 2012, donde todo el mundo estará pendiente tanto de Polonia como de Ucrania.

Será aquí donde Polonia podrá aprovechar a lo que se le ha venido llamando el “efecto Barcelona”, por lo que supuso para España y para la ciudad condal los JJ.OO. Polonia no lo tendrá fácil, porque muchos son los turistas que en el plazo de un mes abarrotarán sus calles, dependiendo de este evento gran parte de sus expectativas de crecimiento en el sector turístico y en el país en general.

Pero dejando de lado el evento del 2012, Polonia espera hacerse un hueco entre los grandes países europeos y para ello tendrá que solventar alguna problemática entre las que se encuentran:

1. A pesar de tener grandes ciudades, hay núcleos urbanos muy descompensados.

2. Deficiencias en las carreteras y en las vías ferroviarias que unen las ciudades entre sí.

3. El idioma. Aunque los jóvenes hablan inglés con facilidad, no ocurre lo mismo con la gente mayor. Sin embargo, ese problema también es compartido con España.

4. El espíritu del comunismo todavía persiste en edad avanzada, que no ven en ocasiones con buenos ojos la llegada de visitantes extranjeros.

Sin embargo, estos factores siempre pueden ser corregidos con el tiempo y con la llegada continua de empresas extranjeras. Además, volvemos a indicar que Polonia fue un país comunista, arrasada en la II Guerra Mundial, por lo que es un milagro lo que ha alcanzado hasta el momento. Así, si consigue hacer fuerte su sector servicios reduciendo las debilidades comentadas y dándose a conocer al resto del mundo como un país no industrial, su crecimiento está asegurado, y ello no solo beneficiará a los propios polacos y sus inversores extranjeros, sino que también servirá de ejemplo a seguir para los restantes países del Este de Europa.

2 comentarios:

gran trabajo, te dejo mi voto :)


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