miércoles, 4 de enero de 2012

Nuclear vs Renovables: El caso especial de Japón

- El debate entre Nuclear o Renovables toma un rumbo inesperado tras 2011 en Japón

- Los costes por KW han sido revisados recientemente y traen consigo más de un dato sorprendente

- El factor dependencia energética frente al factor político: ¿Puede el accidente de Fukushima replantear la estrategia y política energética de Japón?


Comienza el nuevo año 2012, y siempre es buen momento para revisar lo ocurrido el último año. En el caso de este artículo resulta inevitable recordar la catástrofe surgida en Japón el pasado 11 de Marzo, cuando un Tsunami arrasó la costa de Honshu, y que derivó en una de las mayores catástrofes nucleares en la historia al sucederse una serie de explosiones en los reactores nucleares de la central de Fukushima.

Este hecho, aparte de las fatales consecuencias medioambientales y personales para el país, provocó que se abriera el debate energético en el país nipón que durante muchos años simplemente no ha existido por la fuerte apuesta del país por una de las dos alternativas: La energía nuclear.

Primero de todo, es importante señalar el contexto del país. Hablar de Japón en el sector energético es hablar de uno de los países desarrollados con mayor dependencia externa del mundo, en especial de su mayor fuente energética, el petróleo. Esto ha llevado a las autoridades japonesas a desarrollar una estrategia de diversificación en la utilización de fuentes entergéticas, donde la energía nuclear ha sido la apuesta principal. Con 55 reactores en 2011, la energía nuclear supone cerca del 30% de toda la producción eléctrica, esperándose llegar al 50% en 2030.

Esta apuesta tan fuerte por la nuclear ha dejado muy atrás a la energía renovable, que solo cuenta un 1,5% de la producción eléctrica total del país en la actualidad, a pesar de que el sector eólico y el fotovoltaico ha ido creciendo en la última década. De hecho, existen medidas en la administración japonesa para apoyar ambos tipos de fuentes energéticas, en especial la energía solar fotovoltaica, como la existencia de subvenciones a empresas por la utilización de este tipo de energía, o implantación de tarifas de introducción de energía renovable a la red eléctrica. El objetivo de crecimiento del periodo 2007 al 2030 es en torno al 1423%-2765%, mientras que para la energía renovable en general el crecimiento esperado es del 184%-248%.

De todas maneras, tras la catástrofe de Fukushima, muchas cosas han cambiado en el sector energético japonés, o al menos han surgido dudas sobre la incondicional apuesta sobre la nuclear. Muchas de las propuestas y proyectos de futuro en este terreno (de los cuales se encuentran 12 reactores en construcción para añadirse a los 55 previamente comentados), han quedado parcialmente parados, en lo que ya se denomina “la edad de hielo nuclear”, que ha afectado no sólo a Japón especialmente, y al resto de países que utilizan nuclear en menor medida. A la cuestión política hay que añadirle la presión y la preocupación social, especialmente marcada en Japón, el único país en el mundo que ha sufrido ataques nucleares en la historia y que ahora vuelve a sufrir las consecuencias nucleares, esta vez provocadas por la naturaleza.

En el aspecto económico, también la historia ha dado un vuelco. Generalmente en todo debate nuclear-renovable, los defensores de la nuclear siempre tienen la baza de que su apuesta es más barata que la renovable, lo cual repercute positivamente en la factura al consumidor final. Sin embargo, el gobierno japonés ha publicado un informe que revisa los costes de producir energía, en el que señala que ahora producir un kWh de energía nuclear cuesta como mínimo 8.9 yenes, frente a los 5.9 yenes que se habían estimado en 2004, crecimiento debido a la inclusión en el cálculo de los costes de indemnización en caso de accidentes, y que obviamente han aumentado tras Fukushima. Además, en el citado informe aún no se incluyen los gastos de descontaminación de la zona en caso de accidentes, por lo que el coste debería ser aún mayor en el futuro. En el citado informe, también se señala el aumento del coste de utilización de combustibles fósiles al incluir los gastos por pago de derechos de utilización del CO2.

La contrapartida la tiene precisamente la energía renovable. La energía eólica ahora se mueve en un ratio de 9,9-17,3 yenes/Kw respecto al 11-26 Y/Kw en 2004, y la fotovoltaica 33,4-38,3 Y/Kw frente al 37-46 Y/Kw en 2004. Por tanto, es la única alternativa energética que mantiene una tendencia de costes claramente a la baja, con una perspectiva en la que la energía renovable se iguale a la nuclear en 2030.

En conclusión, en el mercado japonés se abre una nueva etapa tras la crisis nuclear de 2011, y la oferta de la industria de renovables española puede tener mucho que decir en ella. Ya sea mediante la exportación de paneles fotovoltaicos y aerogeneradores para solar y eólica respectivamente, como la participación conjunta con empresas japonesas en proyectos de energía solar térmica, la energía renovable puede representar una apuesta de futuro para el país asiático.

Alberto Alba

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