- Análisis sobre la segunda potencia económica del sudeste asiático
- Tailandia se ha recuperado y fortalecido en la última década, tras la crisis de los tigres asiáticos del 97 gracias a su apuesta por una economía abierta
- ¿Cuáles son las claves de su crecimiento y qué oportunidades se desprenden de ellas?
Worldwtrade viaja hoy de nuevo a Asia, concretamente a una de las perlas del sudeste asiático, Tailandia, para explicar por qué está considerada la puerta de entrada al mercado asiático, qué oportunidades de crecimiento y desarrollo muestra en la actualidad y, en definitiva, dar a conocer uno de los países de mayor empuje económico de la región.
Mucho se habló en su momento de los llamados “tigres asiáticos” (Hong Kong, Singapur, Corea del Sur y Taiwan), a los cuales se les han ido sumando en los últimos años otros países de posterior industrialización, los famosos “pequeños dragones”, Filipinas, Malasia, Indonesia (de la cual WorldWtrade ya escribió un análisis en su momento) y Tailandia. Serían estos cuatro países, además de Singapur, los que fundarían en 1967 la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), incorporándose posteriormente Brunei, Birmania, Vietnam, Laos y Camboya. Esta Asociación fue clave para la consecución de dos hitos en la región: Por una parte, la mejora de las relaciones entre los países miembros y la cooperación política entre ellos. Por otra, una aceleración económica, motivada por el establecimiento de una Zona de Libre Comercio entre los países miembros en 1992.
En este contexto se enmarca Tailandia. Su ubicación en el centro de Asia, y al occidente de los países que componen el mercado ASEAN, unido a la fuerte infraestructura de comunicaciones que mantiene con estos países hace de Tailandia un país estratégicamente importante en la región. Aún así, el país ha dado pasos hacia delante en una mayor integración regional, ya sea de manera individual o bajo el marco de la ASEAN. De manera individual es significativo el Tratado de Libre Comercio ratificado en 2004 con India. Y bajo el marco de la ASEAN, entre otros acuerdos con Australia o Canadá, es de especial importancia el tratado por el cual se reconoce una Zona de Libre Comercio entre los países de la ASEAN y China.
Los datos de la evolución del comercio entre las regiones no puede ser más claro en cuanto a la importancia de este acuerdo: Sólo en cuatro años, desde la ratificación de la Zona de Libre Comercio, la actividad comercial entre Tailandia y China se vió incrementada un 143%, mientras que las exportaciones de toda la región ASEAN a China incrementaron en el mismo periodo de tiempo un 106%.
Todos estos factores contribuyeron a una fuerte y segura recuperación de Tailandia tras la crisis de los países asiáticos de 1997, con crecimientos del PIB desde el año 2000 alrededor del 6%, llegando a ser en la actualidad la segunda economía más fuerte de la región del sudeste asiático tras Indonesia.
Sin embargo, no todo se reduce al comercio regional e internacional. Quizá el mayor impulso a la economía tailandesa haya sido la agresiva política fiscal expansiva y la proliferación de incentivos a la inversión para empresas extranjeras. Entre estas políticas se encuentran las de exención fiscal a inversores extranjeros y reducción de aranceles en un 50% para la importación de maquinaria (que puede irse a un 100% de reducción en zonas alejadas de Bangkok), exención del Impuesto de Sociedades durante un periodo de 3 a 8 años dependiendo de la zona de la inversión, exención impositiva de los dividendos, o la posibilidad de deducción de hasta el doble de los costes de transporte y suministro de la base imponible del impuesto de sociedades. Por otra parte, se han creado varias Zonas Francas con excelentes infraestructuras y accesos al transporte, donde se disfruta de la exención de aranceles para maquinaria y materias primas para transformación, libertad en la contratación de personal técnico extranjero y posesión de terrenos por parte de extranjeros.
Todo este contexto conlleva la creación de oportunidades de inversión para acercar el continente asiático a la inversión occidental. Pero Tailandia también crece por dentro, y su inversión pública en sectores como energía o infraestructuras también añaden más oportunidades de negocio a la lista. El pasado mes de Febrero se inauguró la primera planta planta fotovoltaica en el país, desarrollada conjuntamente por el grupo europeo Sonnedix, con sede en Amsterdam, la española Assyce y la empresa pública tailandesa Karnchang. Además, como parte de sus planes de expansión en el sector de energías renovables, se inaugurará en el mes de Julio una segunda planta fotovoltaica en cuya construcción se han invertido unos 40 millones de dólares (30,3 millones de euros). En cuanto a infraestructuras, el mes pasado Tailandia ha confirmado la apertura de un proceso de licitación para llevar a cabo los estudios de viabilidad de cada una de las tres rutas planificadas de tren de alta velocidad en el país: Bangkok-Phitsanulok, Bangkok-Nakhon Ratchasima y Bangkok-Hua Hin, cuyo presupuesto total para la contratación de los 3 consultores asciendería a 300 millones de bahts (7,1 millones de euros). Se están elaborando los términos de referencia para la licitación. Se estima que los estudios puedan comenzar en junio y tengan una duración de 14 meses.
Por último, cabe destacar la importancia de los avances en la cooperación de la Unión Europea con la región, cristalizada en la apertura oficial en Bangkok el pasado Enero del centro de negocios europeo-ASEAN, conocido por sus siglas en inglés como EABC (European-ASEAN Business Center), cuyas principales actividades de esta organización se incluyen la elaboración de informes que muestren la posición de la industria europea bajo la legislación tailandesa. De esta forma, EABC defenderá esta postura conjunta ante el gobierno tailandés y también apoyará a las empresas europeas dotando a éstas de información relacionada con el comercio, servicios de análisis jurídico y de asesoramiento, así como creación de eventos, seminarios y otras actividades de promoción internacional de la Unión Europea en el país.
En definitiva, nos encontramos ante un país que apuesta fuerte por la atracción inversora y que pretende convertirse en el hub entre países occidentales y, no solo el sudeste asiático, sino dos gigantes como India y China, además de ofrecer un crecimiento interno que provocará una demanda en el sector de la construcción muy importante en los últimos años. Un lugar de gran atractivo para la empresa española en su eventual expansión al mercado asiático.
1 comentarios:
Una excelente apuesta para el 2015.
http://blogeconomemergente.wordpress.com
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