Desde mi punto de vista, la situación económica mundial y la española en particular condiciona en gran medida las estrategias de internacionalización de nuestras empresas. Las principales son:
1. La internacionalización como recurso. Este motivo viene principalmente provocado por empresas a las que no les va bien dentro de su mercado doméstico. Es realmente complicado pensar que una empresa con mal posicionamiento en su mercado originario, pueda llegar a obtener buenos resultados en mercados que, a priori, no conoce. Además existe el agravante de la presión y las prisas por acceder al nuevo mercado. La empresa con buen posicionamiento en su mercado es más reacia a adentrarse en nuevos mercados adoptando una posición más conservadora.
2. Pertenecer a un sector que está especialmente golpeado por la crisis. En España existe el ejemplo claro de la construcción. Según El País la semana pasada, las seis grandes constructoras españolas han duplicado el valor de sus obras en el extranjero.
3. La internacionalización a mercados que están en una etapa del ciclo de vida del proyecto diferente. Personalmente creo que esta razón está especialmente ligada a la anterior con el matiz de que debido a la disminución de la capacidad financiera de las empresas, no se puede reinvertir en la mejora los procesos y la tecnología y obtener productos más competitivos. Por tanto, se tiende a internacionalizar a mercados menos competitivos o desarrollados en los que se pueda ofrecer productos menos evolucionados.
4. Las ayudas o incentivos para la internacionalización. Los descuentos existentes en los servicios públicos de los instrumentos de internacionalización y financieros de apoyo oficial. A pesar de que algunas de estas ayudas se han reducido, las empresas españolas valoran el apoyo de las instituciones y las ventajas que ofrecen.
5. El efecto arrastre producido por los grandes clientes. En los últimos años es común que la internacionalización a un mercado de un gran cliente fuerce a algunos de sus proveedores a dar servicio allí también. Estas empresas más pequeñas se aseguran un volumen de negocio, pero para que sea rentable deben buscar más clientes en el mercado de destino. Esta es la decisión que debe tomar la empresa española, a partir de que momento puede mantener una estructura o filial en un mercado. El sector de la ingeniería civil puede servir tiene muchos servicios auxiliares especializados que se suelen contratar a empresas españolas.
La principal conclusión que extraigo es que la internacionalización es un proceso que necesita que sus etapas se vayan cumpliendo en unos plazos determinados. Forzar el proceso y quemar etapas suele conllevar accesos deficientes a los mercados.
Sin embargo, cuando la situación “obliga” a abrir nuevos mercados conviene estudiar y conocer el mercado lo mejor posible y apoyarse en los instrumentos para la internacionalización ya existentes.
Finalmente me gustaría destacar la labor de la internacionalización de las PYMES que con pocos recursos o incluso con una estructura prácticamente inexistente en un mercado son capaces de pelear por un hueco con ingenio, pero sobre todo con mucho trabajo.
¿Qué opináis? ¿Creéis que hay razones actuales de mayor peso para abordar nuevos mercado? Esperamos vuestras aportaciones